¿Qué es lo más importante para estar sano?

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La salud es como una mesa. Da igual si es redonda, cuadrada, de cristal, del IKEA o como la de la Última Cena: lo importante es que tenga 4 patas firmes que la sostengan. Y esas patas son: sueño, actividad física, salud mental y nutrición.

En este blog suelo hablar sobre nutrición, porque es mi campo y mi pasión. Pero en este apartado vamos a darle espacio también a las otras patas. Porque, aunque lo que comes es crucial, la salud es un todo, y si una pata cojea, la mesa tambalea.

Pata 1: El sueño (la gran olvidada)

Dormir bien no es un lujo, es el cargador de nuestra batería interna. Y si esa batería está al 20%, el cuerpo empieza a dar señales:

  • Hambre descontrolada. Las hormonas que regulan el apetito (grelina y leptina) se desajustan, y de repente quieres comer hasta las paredes.
  • Cansancio crónico. Sin energía, es más fácil caer en el sedentarismo (y ya estamos cojeando en otra pata).

Dormir bien no solo te hace sentir mejor, también ayuda a tu cuerpo a funcionar como debe. Así que, si te cuesta priorizar el sueño, piensa en él como el “director de orquesta” de tu salud.

Pata 2: La actividad física (moverse es vivir)

El movimiento es vida, y no necesitas pasarte horas en el gimnasio para mantener esta pata firme. Basta con encontrar algo que disfrutes: caminar, bailar en casa o jugar al pádel con amigos.

Sin actividad física, el cuerpo empieza a sufrir:

  • Pérdida de masa muscular y fuerza. Esto no solo afecta a la estética, sino a la funcionalidad: subir escaleras, cargar bolsas…
  • Un metabolismo más lento. No moverse implica menos gasto energético, y eso puede llevar al temido desequilibrio.

Lo importante es moverse de forma constante. ¿La meta? Hacer que el movimiento sea parte de tu día a día, como un hábito más.

Pata 3: La salud mental (el motor invisible)

Sin esta pata, todo se desmorona. Estrés, ansiedad o desmotivación pueden afectarnos más de lo que imaginamos. Incluso nuestras decisiones sobre qué comer o si levantarnos del sofá tienen que ver con cómo nos sentimos por dentro.

Cuidar la mente no siempre es fácil, pero es imprescindible. ¿Cómo puedes empezar? Con autocuidado: meditar, buscar apoyo cuando lo necesites, o simplemente darte permiso para descansar y desconectar.

Pata 4: La nutrición (mi especialidad)

Y aquí llegamos a mi terreno favorito: la nutrición. Comer bien no solo es la base para un cuerpo sano, sino también para que las demás patas funcionen correctamente. Si quieres saber más sobre cómo reforzar esta pata, estás en el sitio perfecto: este blog es tu espacio para aprender y mejorar tu relación con la comida.

Conclusión: ¿Cómo está tu mesa?

Revisar nuestras patas no significa obsesionarnos con que todo esté perfecto, sino darnos cuenta de lo que podemos mejorar. A veces será el sueño, otras el ejercicio, la alimentación o nuestra mente. Lo importante es que todas se apoyan entre sí.

Así que, ¿cómo está tu mesa? Si alguna pata necesita refuerzo, no te preocupes. Siempre hay tiempo para ajustar, fortalecer y volver a equilibrar. ¡Nos leemos en el próximo post! 😉

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